Paseando por el Siglo XIX
La imagen que acompaña a este texto fue tomada en un aula en el Siglo XIX (la tomé prestada del blog Historia de la Educación Argentina). Quiero proponerles un ejercicio: retocar esta fotografía tanto como nos sea posible. No, no con Photoshop, usemos la imaginación que es mucho más poderosa y es gratis. Qué les parece si empezamos dándole algo de color al póster. Pero no mucho; recuerden que las imágenes de próceres deben “sudar” historia. La pared blanca que quede blanca, como los guardapolvos. Para los pupitres podemos usar dos colores diferentes: negro mate para las patas de hierro y marrón veteado para la madera. Sobre el pupitre de la nena de trenzas hay un tintero. ¿Qué opinan? Bien, va azul entonces. Mezclando negro, blanco y marrón podemos armar una buena variedad de colores. Ahora, a elegir cabezas: castaño claro, negro, marrón, castaño oscuro, y así. Sigamos. Los labios de la maestra solo pueden ser rojos. Bien rojos. Y detrás de ella, el pizarrón de un color gris pizarra. O verde. Creo que ya estamos. Con este simple ejercicio hemos logrado, como tirando de una soga, traer la escena algunas décadas más cerca de nuestros días. Pero qué les parece si tiramos un poco más. Digo, ¿y si apoyamos una mochila con un estampado de Hannah Montana contra la pata del pupitre de la segunda fila? Imaginemos también que al chico que está más cerca en el plano, en la tercera fila (peinado con una prolija raya al costado), le ponemos un celular entre sus pulgares. Y para terminar, al alumno que está parado le cambiamos el papel que tiene en la mano por un iPad. La pregunta ahora es: ¿cambió algo? Yo creo que no. Estoy convencido de que nada ha cambiado. Bueno, sí, hemos modernizado en parte la imagen, pero en el fondo nada ha cambiado. (más…)